aquello que parecía lejano, sólo llegó.
Sus caminos colisionaron,
y así la luz arribó.
Atrás quedó toda esa ilusión malsana
atrás yaces con tus patrañas.
Eres pasado y desecho,
eres miseria y desgracia.
En éste aquí ya no perturbas,
en éste ahora ya no dañas.
Execrado al infinito
estas tú y tus migajas,
execrado en tu penuria
execrado en tu nada.
Los nuevos días son dichosos
sin tu presencia
todo es bonanza.
Y así la dulzura de la noche
ha vuelto a plasmarse
y así la dicha de los mares
por estos lados nacen.
Los senderos que se habían marchitado
vuelven a florecer,
la fortuna y sus frutos
brotan en placer.
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